Vivimos en un mundo ajetreado, en el que cada segundo vale su peso en oro debido a la cantidad de tareas que tenemos que hacer en nuestro día a día. El trabajo, los hijos, actividades para mantener la forma, ocio… todo ello hace que, por norma general, no tengamos tiempo para dedicar a nosotros mismos en forma de relax, centrándonos únicamente en una tarea tan simple como puede ser comer.
El Mindfulness viene de una antigua práctica del mundo Budista en el que se trata de crear habilidades para prestar atención plena, que sería la traducción del término al castellano. Mindfulness se ha usado durante siglos como una filosofía de vida para tratar trastornos como estrés, ansiedad, problemas psicológicos y para desatar las potencialidades del ser humano, mejorando el bienestar integral cuerpo-mente-espíritu.
La práctica de Mindfulness se ha llevado también a la alimentación ya que, además de comer alimentos nutritivos, es importante ser consciente de la forma en la que comemos, para poder disfrutar de los alimentos y establecer una conexión con la comida y evitar las consecuencias de los excesos (obesidad, sobrepeso, enfermedades).
Hoy en día la hora de comer puede ser toda una pesadilla por la falta de tiempo. Muchos trabajos impiden realizar una correcta alimentación debido al poco tiempo para llevarla a cabo, o simplemente porque no permiten hacerlo en la comodidad de tu hogar.
El hecho de ir con prisas, provoca que la alimentación no se digiera de forma correcta y los nutrientes no actúen con la misma eficacia que si se hiciese de una manera pausada y tranquila, de ahí la importancia de comenzar a practicar Mindfulness.
Las claves de la alimentación Mindfulness:
- Come con tranquilidad y buen ánimo
- Presta toda tu atención a la comida
- Sirve pequeñas raciones
- Bocados pequeños y masticado pausado
- Realiza las cinco comidas diarias
Haz Mindfulness para regalarte un momento de tranquilidad y generar un ambiente agradable a la hora de comer. Luego cuando estés frente a tu comida inspira profundamente por tu nariz y expira por la boca unas cuantas veces.
Otra de las claves para comer con atención plena es el hecho de masticar lentamente cada bocado, disfrutándolo y sin tener prisa para tragarlo. La mayoría de las personas no respetan la pausa necesaria entre bocado y bocado, lo que provoca una mala ingesta y lo que es peor, desemboca en una mala digestión que puede dar lugar a síntomas como ardor o mal estar general.
Realiza estos consejos y verás como el hecho de alimentarte pasará a ser uno de los momentos más placenteros de tu día a día.
¡Relájate y disfruta de la práctica Mindfulness!